Mis comienzos y la pasión por enseñar

Mi primer encuentro con la danza árabe fue a los seis años, y desde entonces, nunca más me separé de ella. Te invito a conocer mi historia y a descubrir por qué la enseñanza es una parte fundamental de mi vida.

Denise Simon

12/3/20241 min read

Desde que tengo memoria, la danza árabe ha sido mi mundo. Recuerdo a los seis años, fascinada por los movimientos de las bailarinas en la televisión, soñando con ser como ellas. Mis padres, viendo mi pasión, me inscribieron en una escuela de danza y así comenzó mi viaje.

Bailar era más que un hobby, era mi forma de expresarme, de conectar con mis raíces libanesas. Con cada clase, mi amor por esta danza crecía. A los 14 años, ya estaba enseñando a otras niñas lo que tanto amaba. Ver sus ojos brillar al dominar un nuevo movimiento me llenaba de satisfacción.

Enseñar me permite compartir mi pasión y ayudar a otros a descubrir la magia de la danza árabe. Es hermoso ver cómo mis alumnos evolucionan y ganan confianza en sí mismos. Creo firmemente que la danza es mucho más que movimientos; es una forma de conectar con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu.